Polifacético o no

 Enric, polifacético ... o no

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis. Gloria in altissimis Deo et in terra pax homnibus bonae voluntats ... hermanos podéis ir en paz. 

Estas fueron las palabras con las que el cura cerró el acto del funeral de Enric. 

A la salida de la iglesia los asistentes al sepelio comentaban la vida del difunto. 

Algunos decían que había hecho de todo y otros decían que no había hecho nada o al menos nada destacable.

 La verdad es que si que había hecho muchas cosas y no menos verdad era que había destacado en ninguna. 

De joven en el Instituto había sido redactor de su periódico en la sección de deportes aunque nunca había sido capaz de darle una patada a un balón. 

En sus años de estudiante también había sido locutor de radio en diferentes emisoras locales hablando de temas de lo más variopinto desde deportes,otra vez, hasta un programa de humor que no le hacía gracia a nadie. 

Ya en la Universidad había sido actor de teatro donde intentó interpretar a Aristófanes, Goldoni, Shakespeare y alguno más que los asistentes a su despedida recordaban y aunque a decir verdad el mejor papel que interpretó fue el que hizo cuando bajo definitivamente del escenario.

También había sido monitor de tiempo libre,  recordaban por ahí, y más que entretener a los niños con las actividades los torturaba con sus batallitas de abuelo cebolleta.

Incluso, recordaba otra, había sido catequista religioso para que la parroquia le pagase viajes a la península con la excusa de formarse en la transmisión de la palabra de Dios y en los que él realmente se dedicaba a ligar con las muchachas del lugar. 

Acabó la carrera e incluso dio clases en el Instituto y su mayor mérito fue que su asignatura fuera la más aburrida del horario escolar. 

Que suerte que ya se haya muerto sentenció el que había sido uno de sus mejores amigos. 

Por fin había hecho algo útil en su vida.